miércoles, 2 de abril de 2014

La voz, el más bello instrumento.


El simple hecho de poseer un Stradivarius no te convierte en un virtuoso del violín. No se sabe quién fue el que puso esa prodigiosa voz en la garganta de Verónica Díaz pero sí se sabe, es fácil de comprobar, que también le concedió el don de templarla, de conducirla y de extraer los sonidos más dulces y exquisitos o los más brutales y desgarrados. Quizá ese sorprendente dominio de su mejor instrumento tenga algo que ver con el tamaño del corazón que guarda en su pecho. Qué bueno haberte conocido, Vero.

1 comentario:

  1. Precioso piropo lleno de cariño. Un beso para Paco, Vero, y los alumnos. :)

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